viernes, 8 de agosto de 2008

El padre Roces O.P. cometio el error y no dio marcha atras

Cursando 3º de Oficialia Delineantes, edad 18 años, durante 1962-1963, en el colegio Gran Capitan, colegio al que pertenecia el padre Roces, O.P. (creo que daba la asignatura de Geografia....) muy dado a pasear por el hall de las distintas plantas de las habitaciones, para tener controlado a los alumnos (mientras en sus manos siempre tenia un libro) sobre todo de dia cuando subiamos y bajabamos de las habitaciones.
Un mal dia, el padre Roces, me pudo complicar el seguir estudiando en la UNI, como consecuencia de su oido o mas bien, creo de su maldad.
Creo que era por la tarde, bajaba por las escaleras con un compañero, por las escaleras subian y bajaban otros alumnos, unos de unas plantas y otros de otras, cuando de repente alguien que iba por las escaleras pronuncio alguna que otra "palabrota" "improperio", suficiente para que este "padre" cometiera el error de achacar dicha "palabrota" al que subscribe y compañero (compañero que no recuerdo quien era...)
Se le dijo al padre Roces que las "palabrotas" de la que nos hacia merecedores, no habian salido de nuestra boca, no fue suficiente esta explicacion y nos castigo a que estuvieramos (cada uno en el hall que nos correspondia) de pie durante toda la noche..o unas horas, no recuerdo bien.
Por supuesto, nuestra dignidad ante esta injusticia, estaba por encima de las posibles represalias que aplicara este dictador, por no cumplir dicho castigo.
Asi fue, ninguno cumplimos con dicho castigo injusto, y el padre Roces, se aseguro de controlarlo.
Dicho incumplimiento, rabio tanto a dicho "padre", que con cara de ira (aunque no tenia que esforzarce mucho para conseguirlo) nos envio ante el Rector, que previamente le contaria su version elevado a diez.
Menos mal, que todos los padres O.P. no eran ni son iguales, ya que la postura que tomo el Rector (despues de explicarle nuestra version de los hechos) fue la logica, no complicar nuetra beca, no enviarnos a casa, ya que entendio que en tales circunstancias seria injusto señalar a nadie (hombre sabio)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Miguel
Soy Juan Antonio Olmo Cascos
Obviamente no estaba presente en el suceso que comentas.
Pero sí te puedo decir que si todos los que estuvimos alli internos hicieramos memoria de los acontecimientos desagradables que protagonizamos, posiblemente pudieramos escribir bastantes 'blogs'.
No nos lleva a nada insultar o calificar a alguien que, como es el caso, no vive y no te puede replicar.
Si que lo han hecho algunos compañeros de tu epoca que no comparten en absoluto tu punto de vista.
Creo que no es el siti oni el momento de entrar en polémicas absurdas...
¿Qué podrían escribir Emilio Palma, José Santofimia y tantos otros que sí fueron realmente represaliados?

Como ejemplo, te coloco un correo de Lorenzo Campo Campo:

(...) Como anécdota curiosa, os puedo decir, que el Padre Roces (q.e.p.d.), antiguo director de Gran Capitán, vino a Alcázar de San Juan a celebrar mi matrimonio. Veinticinco años después, fuimos my mujer y yo a Oviedo a celebrar los 25 años de casados, con misa en su habitación, ya que el pobrecito estaba bastante impedido. Dios se lo llevó hace años, pero recordamos mucho sus 25 años de sacerdocio, que también asistimos a su celebración, y todas las veces, que por mi trabajo fui a verle a Caleruega y Oviedo. (---)


Un saludo...

Anónimo dijo...

En defensa del padre Roces. Respuesta a los comentarios de Miguel Báez.

Me llamo Jorge Gómez y soy de la 1ª promoción de Peritos Industriales salida de Universidad Laboral de Córdoba, en la que ingresé a los 14 años para terminar a los 21.

Hace unos días me llamó Antonio Mena, compañero de curso, para decirme que existía una página web y en ella un blog con un artículo en el que se vertían comentarios desagradables sobre el padre Roces y que, en su opinión, alguien debería responder. Y en ello estoy.

Guardo recuerdos extraordinarios de mi paso por la Universidad, todos ellos buenos. Si hubo malos los he olvidado. Con la distancia que proporciona la edad -tengo ya 65 años-, la experiencia de una vida familiar y laboral de más de 40 años, recuerdo todo lo que ocurrió en aquellos siete años como algo muy positivo y que marcó toda mi vida. La formación humana, la capacidad de trabajo, el afán de superación, la formación en valores religiosos, el compañerismo, la amistad…Todo ello me ha permitido formar una familia feliz, disfrutar de buenos amigos y ser durante 23 años director general de una empresa con 400 trabajadores.

Estoy muy agradecido a los PP Dominicos, con algunos de los cuales he seguido relacionándome después: Jorge Yllá, Carlos Alonso (q.e.p.d.), Bartolomé Vicens, y en especial con el padre Roces.

Mi relación con el padre Roces ha sido muy larga y eso que yo sólo estuve tres meses con él en el C. Gran Capitán. Él me casó y dio la primera comunión a mis dos hijos.

Le conocí muy bien y puedo asegurar que no era un dictador ni fácilmente irritable, más bien todo lo contrario, bondadoso, sensible, comprometido y un ejemplo para todos los que le hemos conocido de verdad.

Durante muchos años el padre Roces tenía que acudir cada dos días a una sesión de diálisis de cinco horas. Este tratamiento le fue matando poco a poco. Se quedó casi ciego. Le tuvieron que cortar un pie, luego una pierna y después la otra. En estas circunstancias no olvidaba nunca llamarme el día de mi Santo, se interesaba por nosotros y al preguntarle ¿tú cómo estás? decía, “bueno, dentro de mis limitaciones me encuentro muy bien”. Llevó su larga enfermedad con alegría pensando más en los demás que en él mismo.

El día de su muerte, una de las personas que más lloró, de las más desconsoladas fue, además de su familia y de sus amigos, el ATS que le atendió en sus últimos años prestando sus brazos y sus piernas, el que por su proximidad pudo apreciar como nadie la categoría humana y espiritual del padre Roces, que murió como un santo.

Yo me quedo con estas vivencias.

Allá D. Miguel Báez con sus rencores por quizás un pequeño error, si es que lo fue, hace más de 30 años por parte de alguien que estaba dedicando su vida a formarle lo mejor posible aunque, a la vista de los resultados, no lo consiguiera del todo.

Estoy seguro que muchos antiguos alumnos que conocieron de verdad al padre Roces, están de acuerdo conmigo.

mibaro dijo...

Hola Jorge Gomez:
El hecho que el padre Roces fuera como tu dices, no quiere decir que no hiciera lo que hizo.
Como comprenderas al igual que yo respeto tus palabras hacia el...porque no te ocurrio nada- debes respetar mi comentario de un hecho que ocurrio y si ocurrio y fue como fue, este padre no se porto bien, y las historias hay que contarlas les guste o no les guste al personal, siempre que sea n veraces como asi fue. A mi despues de pasar tantos años como comprenderas no me voy a inventar nada. Tienes que saber respetar las opiniones de unos y de otros, porque a ti se portara bien este padre no quiere decir que lo hiciera con los demas. Esta bien que lo defiendas porque a ti no te trato mal, pero respeta a los que lo pasamos mal con el. Te voy a añadir una historia que me escribio el alumno Francisco Cantero, tambien tuvo problemas con el (como veras no soy el unico y quizas si se abriera la veda habria mas historias negativas que positivas) y dictatorialmente como puedes ver, ahi va su historia con el padre Roces y el Rector:
-------------
EN COSTESTACIÓN AL ESCRITO DE BAEZ ROSAS y entre nosotros, que la paja se la lleva el viento y la dispersa.

Hablando se entiende la gente, eso es lo que nos enseñaron en la UNI, y si puede ser en el idioma que todos conocemos el castellano (no desprecio ninguna lengua), pero las cosas por su nombre y siempre que sea una verdad contrastada, hay que reconocer que forma la vivencia de cada uno y del colectivo, luego dicen que todo ello es la llamada Historia, tengo que decir que hay Historias jamás contadas, pero no por ello dejan de ser ciertas, y como se suele decir " Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios". Por eso "bien está lo que bien acaba".

Mi historia es referente y se refiere a Fray Cándido Añiz, en el año 1964, formaba parte del Coro de la UNI, íbamos los sábados a cantar y ensayar con la Sección Femenina de Córdoba, al mismo tiempo teníamos en la UNI una clase creo de Organización Laboral, así que Fray Cándido y ante nuestra protesta por tal hecho, nos comunicó que fuésemos tranquilos a cantar, que la asignatura no era muy importante y que daba por hecho de que la asignatura la teníamos aprobada, que no nos preocupase, al final cuando se hicieron los exámenes de dicha asignatura, (en el aula de estudios al lado de la Oficina del Padre Roces), dijimos unos cuantos que no pasábamos al examen, hicimos referencia a las palabras de Fray Cándido, nos obligaron a pasar al examen, por mi parte entregué la hoja de examen en blanco en rebeldía por aquél hecho, al final suspendí 3 asignaturas, si, ya sé que no es motivo de disculpa, cuando quise hablar con Fray Cándido por tal motivo (mi enfado era descomunal), el Padre Roces se me opuso, excusándose en que si armaba un revuelo, posíblemente tomarían represalias con mi persona y en mi expediente constaría como revoltoso, lo que para el mundo laboral donde iba a pasar, sería una losa para mi vida profesional, palabras textuales del Padre Roces.

Al Padre Roces, jamás se lo tomé en cuenta, simplemente era que me daba una lección de cómo era la época que nos tocó vivir, pero en cuanto a Fray Cándido, incumplió una de las reglas de su Orden, LA PALABRA, jamás olvidaré ese hecho y mi segura salida de la UNI, y ya digo que esa rabia la he tenido todo éste tiempo, aunque mi verdadera salida de la UNI, se debió más a mi testarudez, al no querer estudiar aquél verano para conservar la beca, me marcó aquél hecho. Mi padre me inculcó unos valores la Palabra dada, el Honor, La Lealtad y el sacrificio por los demás.

En el 50 Aniversario, y yendo por las escaleras de la Iglesia Fray Cándido las bajaba, yo subía, nos paramos y me dijo, tu eres Cantero, después de 44 años de mi salida, no habíamos cruzado palabra alguna, le dije que si, nos saludamos y proseguimos nuestra ruta, luego en los discursos dijo algo que me alegró infinito, reconoció cosas que hizo mal ó que las hubiese hecho de otra forma, era la época y se debía a órdenes superiores, por lo cual por todo ello pidió perdón, en aquél momento me sentí feliz por escuchar sus palabras, internamente lo perdoné y presentí que en adelante aquello que pasó lo olvidaría y así lo he hecho.

Este mes volveré a LA UNI, LA LABORAL, y me volveré a sentir como entonces, con la alegría de poder ver y reconocer a mis compañeros y amigos, con todos aquellos que un día forjamos e hicimos parte de la Historia de la Universidad Laboral de Córdoba.

No os sepa mal nada de cuanto he dicho, sólo he querido dejar constancia de otra parte o vivencia acaecida, nunca llueve a gusto de todos, el perdonar es de justos, pero también de sabios y sólo hay una historia, la que sufrimos y cómo la sufrimos.

NO PRETENDO REFORZAR NADA, NI SENTAR CATEDRA, SÓLO CONTAR OTRA HISTORIA DE LA UNI.

Un abrazo amigos

Fco. Cantero

P.D.
Por tanto tus comentarios quedan fuera de contexto. Cuando a uno le va bien un personaje habla bien de el, sin atacar a las personas que lo han pasado mal con dicho personaje. Parece que los estudios y tu edad no te han enseñado nada en la vida real.

miguel baez